Rothko’s Blue Shadows


ROTHKO’S BLUE SHADOWS es una pieza sonora y plástica resultado de una reflexión e investigación que gsssp* ha hecho sobre los procesos creativos y elementos formales del compositor americano Morton Feldman.  Esta pieza esta compuesta, a su vez,  por una serie de micro-composiciones o partituras plásticas, cuyo interés es generar composiciones radiales a través del ritmo cromático de su materia el cual reclama una sonoridad (lumínica) o expansión que deviene aural.
Lo primordial de Rothko’s Blue Shadows  es encontrar “puntos críticos” o potenciales que devengan en “materia” radial, es decir, en escultura sonora. Para la realización de ROTHKO’S BLUE SHADOW nos hemos servido de conceptos sonoro-musicales que Morton Feldman utilizó en su obra ROTHKO CHAPEL  como son: los batimentos,  los armónicos y principalmente los intervalos.


México Mágico

Esta serie pertenece a un ensayo fotográfico que realice en el año 2013 en un antiguo parque temático en la segunda sección del bosque de Chapultepec llamado México Mágico, en él se podía encontrar un conjunto de 92 replicas en miniatura de construcciones arquitectónicas y monumentos históricos más importantes del país.  
Abandonadas y en ruinas estas replicas sugerían una ambivalencia temporal en que la función pedagógica y de representación histórica se contraponía con la proyección apocalíptica que se generaba  debido a la artificialidad y precariedad de sus elementos.


OBERTURA*




¡Como pensar, un instante siquiera,
que el hombre mortal vive!
El hombre está muerto de miedo,
de miedo mortal a la muerte.

Xavier Villaurrutia




¿Cuál será el punto apropiado para efectuar la partida? Fragmentar para (re)montar(me) a la hiladura del recuerdo, segmentar lo ya inciso para intentar su reconstrucción, montar el corte para asegurar su movimiento, es decir, articularlo; afianzar mis rodillas para posibilitar mi trayecto(ria).

Hablar y escribir de sí mismo supone conocerse y saberse quien se es antes de escribir o hablar, identificarse en un juego de duplicación en donde uno asegura poseer la cualidad total del otro, y así poder dar cuenta de ésta. Pero, ¿es posible poseer tal cualidad total de sí mismo? -Yo pienso que no.-

Conocer la totalidad propia implica determinar sus bordes para conocer lo intrínseco a ella, exponerla de principio a fin y abordar todas sus partes. Esta suposición es simplemente paradójica, ya que identificar los límites de la totalidad es fragmentarla, realizar un corte para decretar sus márgenes, constituirla como un segmento para poder ser analizado e identificado. Si esto es así, ¿cómo puede un segmento ser a la vez una totalidad?

Desplegarse para poseer la totalidad ya supone en sí una fragmentación. Para conocer esa totalidad es necesario abarcar la cobertura de nuestros límites, presenciar el origen y el fin, remontarse al pasado y proyectarse al futuro, un afán de abarcar el Todo en lo momentáneo del presente, en la fuga de su inmediatez.

La identidad se nos escapa como se escapa el agua de un río al tratar de abarcar su caudal con nuestras manos, por más que intentemos aprehenderla siempre se nos fugará. Insertos en la corriente del río, la imposibilidad de aferrarnos a el se vuelve frustración y melancolía a causa de su evasión y cambio, rozamos las orillas del puro existir y adivinamos un estado de unidad, de final reunión con nuestro ser y con el del mundo. (Paz, 1956, p.70) Nuestro único consuelo parece ser la reconstrucción